
El Aprendizaje Experiencial es el corazón de nuestros programas en Trabajo en Equipo. Una metodología que, desde los principios del constructivismo, impulsa la transferencia de conocimientos y vivencias a través de la reflexión desde la acción, conectando aprendizajes individuales y colectivos. Favorece la formación de equipos de alto desempeño en entornos creativos, lúdicos e interactivos, donde cada experiencia se transforma en acción inmediata y en compromisos que construyen el futuro de los equipos en Latinoamérica y el Caribe.
El Aprendizaje Experiencial es una metodología participativa que hemos liderado por más de cuatro décadas en el ámbito del desarrollo organizacional. Basada en la teoría del constructivismo, ha transformado tanto el mundo educativo de vanguardia como el corporativo global, integrando conocimiento con acción, emoción y reflexión. Entre las emociones que impulsan estos procesos se encuentran la alegría, la confianza, la sorpresa, la atención, la motivación, el placer lúdico y la recompensa, junto con el pensamiento crítico. Estos elementos, guiados por la experiencia, generan reflexiones profundas que convierten el aprendizaje en acciones prácticas orientadas a objetivos claros y resultados tangibles.
El x-learning es un modelo innovador que se integra tanto en los procesos de e-learning como en los de b-learning (blended learning), teniendo como base el Aprendizaje Experiencial. Su propósito es potenciar los PEA (procesos de enseñanza-aprendizaje) aplicados a programas de capacitación y formación en entornos virtuales, manteniendo el alto impacto, la magia y el poder del Aprendizaje Experiencial. Este modelo incorpora el Debriefing, las TIC, el Aprendizaje Heurístico y la Metacognición, estimulando la creación de un PLE (Personal Learning Environment). Además, integra principios de la Andragogía, la Paragogía y la Heutagogía, junto con los aportes del constructivismo y el conectivismo, para generar experiencias memorables de aprendizaje significativo. Todo ello se aplica en programas corporativos, talleres, cursos, así como en la formación de formadores online y en la certificación de facilitadores en talleres presenciales.
El Debriefing es la técnica que utilizamos para procesar hechos y emociones, transformándolos en reflexiones que conducen a aprendizajes significativos y, desde ellos, a compromisos de acción concretos.
En nuestra organización aplicamos los ciclos de aprendizaje de David Kolb y Kurt Hahn, integrándolos con nuestra propuesta propia: el modelo de debriefing de los 4 elementos, una metodología diseñada para consolidar aprendizajes significativos a partir de la reflexión consciente.
Con frecuencia se confunde el aprendizaje experiencial (APRENEX) con la simple aplicación de dinámicas de grupo, ya sean presenciales u online. Aunque estas dinámicas son herramientas valiosas y la lúdica aporta energía al proceso, cuando las actividades se presentan de forma aislada y desconectadas de los objetivos, no generan aprendizajes reales. El rol del facilitador es aplicar un debriefing sólido y técnicamente estructurado, que conecte la experiencia con la reflexión para transformar vivencias en aprendizajes duraderos.
El éxito de esta metodología experiencial, validado en múltiples entornos presenciales, confirma que el aprendizaje es más efectivo cuando surge de la experiencia y el descubrimiento. Este enfoque, sustentado en el constructivismo, se enriquece hoy con el conectivismo, teoría del aprendizaje en la era digital desarrollada por Siemens y Downes, que amplía los horizontes del conocimiento colectivo y colaborativo.
El aprendizaje experiencial es una metodología participativa con raíces en los aportes de John Dewey en 1938. Desde nuestra experiencia en el desarrollo organizacional, hemos liderado este enfoque que, basado en la teoría del constructivismo, ha transformado tanto la educación de vanguardia como el ámbito corporativo global. Su eficacia radica en integrar el hacer, las emociones y la reflexión. Entre las emociones más relevantes se encuentran la alegría, la confianza, la sorpresa, la atención, la motivación, el placer lúdico y la recompensa, junto con el pensamiento crítico, que transforma las experiencias en reflexiones conscientes para que el aprendizaje se traduzca en acción y resultados tangibles.
El x-learning es un modelo que articula procesos de e-learning y b-learning (blended learning), teniendo como fundamento el aprendizaje experiencial. Este modelo potencia los PEA (procesos de enseñanza-aprendizaje) en programas de capacitación y formación adaptados a entornos virtuales, manteniendo el alto impacto y la esencia transformadora del aprendizaje experiencial. Integra el debriefing, el uso de TIC, el aprendizaje heurístico y la metacognición, fomentando la creación de PLE (Personal Learning Environments). Además, incorpora principios de la andragogía, la paragogía y la heutagogía, generando, a partir del constructivismo y el conectivismo, experiencias memorables que derivan en un aprendizaje significativo. Todo esto lo aplicamos en nuestros programas corporativos, talleres, cursos, así como en la formación de formadores online y en la certificación presencial de facilitadores.
El modelo Kirkpatrick es uno de los marcos de referencia más reconocidos a nivel mundial para evaluar programas de capacitación y desarrollo. Nos permite medir con objetividad el impacto real de cada experiencia formativa, identificar cuánto aprendieron los participantes, en qué medida aplican esos aprendizajes en su trabajo y cómo estos se reflejan en los resultados organizacionales. Su enfoque práctico facilita la retroalimentación continua y la mejora de los procesos de aprendizaje.
Este modelo plantea cuatro niveles complementarios de análisis: reacción, aprendizaje, comportamiento y resultados. En conjunto, ofrecen una visión integral del impacto de la capacitación y su contribución al desarrollo organizacional.
Evalúa la satisfacción de los participantes frente a la experiencia formativa. Este nivel revela cómo percibieron el programa, su grado de aceptación y el valor que le asignan. Se convierte en una fuente esencial para identificar oportunidades de mejora y fortalecer futuras intervenciones.
Mide los conocimientos, habilidades y actitudes adquiridos durante la capacitación. También analiza qué cambios los participantes consideran capaces de aplicar, el nivel de confianza que sienten y la motivación para poner en práctica lo aprendido.
Explora la transferencia del aprendizaje al entorno laboral, observando cómo se traducen los nuevos conocimientos en comportamientos y resultados concretos. Este nivel permite identificar las barreras que dificultan la aplicación y diseñar estrategias efectivas de acompañamiento y refuerzo.
Se enfoca en los logros tangibles obtenidos a partir de la capacitación: aumento en la productividad, mejoras en la calidad, mayor satisfacción del cliente o un clima organizacional más positivo. Este nivel permite evidenciar el retorno sobre la inversión (ROI), vinculando directamente el aprendizaje con los objetivos estratégicos de la organización.
En nuestros programas integramos el modelo Kirkpatrick desde la fase inicial de Co-Design, declarando los resultados esperados y alineando cada componente del proceso formativo con dichas metas. De esta manera aseguramos que los aprendizajes se transformen en acciones concretas, generen impacto sostenible y validen la inversión realizada.
La capacitación debe concebirse como una actividad sistemática, planificada y permanente, cuyo propósito esencial es preparar, desarrollar e integrar el talento humano dentro del proceso productivo. Su alcance va mucho más allá de la transmisión de conocimientos: busca desarrollar habilidades, actitudes y competencias que eleven el desempeño, asegurando que cada colaborador aporte con excelencia a los objetivos organizacionales, en coherencia con los cambios y demandas del entorno.
La DNC | Detección de Necesidades de Capacitación es un proceso estratégico que permite estructurar planes y programas de desarrollo orientados a fortalecer los conocimientos, habilidades y actitudes de los integrantes de una organización. Su finalidad es clara: contribuir al logro de los objetivos corporativos y personales, alineando el crecimiento individual con el impacto colectivo.
La capacitación no debe verse como una solución temporal o un “parche” ante circunstancias puntuales. Es un proceso formativo continuo que busca transformar, no solo informar. Su propósito es instalar competencias que generen resultados sostenibles y coherentes con la visión organizacional. Para lograrlo, implementamos la siguiente ruta de acción:

« Por los sueños, suspiramos; por las metas, transpiramos; por los logros, respiramos. »


